De los amaneceres cálidos y de las noches frías, de los días de arduo trabajo en la búsqueda del sueño y la autorrealización; amigo de las noches de copas y tragos al terminar la jornada diaria, tratando de ahogar con el licor la horrible sensación de impotencia, el amargo sabor de la frustración… que queda cuando se deja el cuerpo y el alma peleando en este mundo automatizado y cruel, en este bosque de cemento en esta selva de seres humanos….de la cual a veces nos alimentamos, pero el mismo que nos consume lentamente…”