Luego de que –por el temblor- se liberara material radioactivo, los especialistas en Sanidad se han puesto a pensar en especial en cómo proteger a los operadores de la planta sometidos a altas dosis de radioactividad.
Por ahora, la mejor solución es el congelado de células madre. Estas podrían salvar la vida de los trabajadores en caso de enfermarse después de la exposición a altos niveles de radiación.
Por eso, consideran planes para recolectar y congelar las células de los ingenieros y operadores de la central nuclear de Fukushima.
La propuesta ha sido elaborada como una medida preventiva que podría salvar la vida de los trabajadores si reciben dosis altas de radiación, mientras que luchan por volver a controlar los reactores nucleares dañados por el terremoto.
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