La prensa francesa reveló que, antes de las fastuosas ceremonias la bella y rubia ex campeona de natación sudafricana no quiso fugarse una vez sino tres , antes de que la policía de Mónaco le incautara su pasaporte en el helipuerto de la ciudad ocho días atrás.
En una de esas oportunidades se refugió en la embajada sudafricana en París y no quería salir para escaparse de la boda.
La tensión y falta de espontaneidad en la pareja, más la incomodad de las princesas Carolina y Stephanie, hermanas del novio, durante la ceremonia religiosa y civil, tienen ahora su explicación.
Nadie sabía hasta el momento del “si ” si Charlene Wittstock tomaría coraje y se vengaría públicamente de las humillaciones del príncipe y de su entorno.
Sólo la confiscación del pasaporte la había persuadido de participar en la ceremonia, tras la mediación del Clan Pastor, una de las familias tradicionales monegascas que el príncipe Alberto envió como emisarios a su rebelada novia.
Fuente clarín.com.ar
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