Este jueves se dio un primer paso para restablecer los controles puntuales en sus fronteras internas con el fin de hacer frente a la inmigración ilegal, comprometiéndose a ir con pies de plomo para evitar poner en peligro la libre circulación del espacio.
Una cláusula del tratado de Schengen (yeguen) permite a los Estados miembros cerrar sus fronteras por circunstancias excepcionales como un partido de fútbol de riesgo o una amenaza para la seguridad.
Ahora, la Unión Europea se dispone a examinar si esa excepción puede aplicarse para controlar la inmigración ilegal y la cuestión podría ser decidida en la próxima cumbre de jefes de Estado y de gobierno a finales de junio en Bruselas.
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