Las fuerzas de Moamar Gadafi intensificaron su ofensiva en el este y el oeste del país con incesantes cañoneos y recuperando extensas zonas del país que ha gobernado con mano de hierro desde hace más de cuatro décadas.
A medida que la tropa de Gadafi avanza por el este, los insurgentes criticaron a occidente por no ayudarles.
“La gente está harta; aguarda con impaciencia una acción internacional”, dijo un vocero insurgente en la ciudad de Misrata, la última ciudad en manos rebeldes en el oeste de Libia y que el miércoles fue intensamente cañoneada.
Una campaña diplomática internacional para crear una zona de exclusión aérea a fin de evitar que Gadafi bombardee a los civiles no ha tenido éxito hasta ahora, aunque el ministro francés de Relaciones Exteriores Alain Juppe dijo que varios países árabes prometieron participar en una posible campaña militar en Libia.
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