“Me enseñaron a avergonzarme de mi cuerpo, de mis actos, emociones y pensamientos. Me enseñaron que lo que pienso es absurdo, que lo que hago es ridículo, que lo que deseo es sucio. Aprendí a no decir lo que pensaba, por vergüenza de que alguien a mi alrededor pensara algo mejor…”
Comments are closed.