“Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo, sin ningún tipo de precaución. De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta y se detuvo. Al bajarse, vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto.
Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo. Dio un brusco giro de 180 grados, y regresó a toda velocidad al lugar donde vio salir el ladrillo que acababa de romper su exótico auto.
Salió del auto de un salto, y agarró por los brazos a un chiquito, y empujándolo hacia el auto estacionado, le gritó a toda voz:
-”¿Qué fue eso? ¿Quién sos vos? ¿Qué crees que haces con mi auto?””22-03-2013 refleccion
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