Después de negar durante varias semanas que la imposición de licencias no automáticas a la importación de vehículos estuviera dirigida a la Argentina, el gobierno de Brasil hizo finalmente una admisión que, seguramente, incidirá en la negociación: reconoció haber aplicado la medida como una pequeña represalia al país por las trabas comerciales que venía poniendo a productos brasileños.
“Hubo una minirrepresalia , pero no tiene alcance estratégico. Evidentemente, no nos estaba gustando que ese mecanismo de licencias no automáticas estuviera incidiendo sobre los productos brasileños.
Pero, globalmente, los productores brasileños sólo han ganado con la Argentina.
Hay un esfuerzo por parte del Gobierno para la reindustrialización y eso le interesa a Brasil”, afirmó Marco Aurelio Garcia, principal asesor de asuntos internacionales de la presidenta Dilma Rousseff.
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