Cae en Brasil otro funcionario sospechado de corrupción
Hasta ayer eran 17 los funcionarios “caídos en desgracia” del Ministerio de Transporte de Brasil; una cifra de por sí notable porque indica que la presidenta Dilma Rousseff decidió combatir la corrupción en profundidad, en un operativo de limpieza que debe servir de ejemplo para otras reparticiones estatales.
Ayer, se sumó el número 18 de la list a. No es cualquiera: se trata del director general del estratégico Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes (DNIT).
El flamante ministro Paulo Passos recibió ayer una nota del funcionario en cuestión quien pidió a Dilma su exoneración del cargo.
Luiz Pagot, el director renunciante, admitió que había decidido entregar el cargo como consecuencia de las sospechas que pesaron sobre toda la cúpula ministerial por cuenta de obras sobrefacturadas y pedidos de coima.
La decisión de Rousseff de pasar el rastrillo fino en esta repartición estatal afecta en principio las relaciones políticas entre la presidenta y los líderes de los partidos que integran la coalición oficialista.
Aluden en forma adversa no tanto a la necesidad de limpiar la corrupción sino a la metodología empleada por la gobernante para desarmar las redes corruptas enquistadas en reparticiones públicas que por cuenta de grandes emprendimientos físicos (en este caso, carreteras y ferrovías) manejan enormes presupuestos del Estado.
En una entrevista concedida la semana pasada a diarios brasileños, la presidenta Dilma aseguró que irá a reestructurar todo el sector vinculado a las obras de infraestructura (son varios los ministerios en juego).
En la principal agrupación política de la alianza gubernamental, el Partido de los Trabajadores, los dirigentes temen que se produzca una desestabilización política capaz de poner en dificultades la gobernabilidad de Brasil en el mediano plazo.
Fuente clarín.com.ar