No era un acto de campaña. No los envolvía el calor militante que suele encender los discursos.
Apenas la formalidad de unos 500 empresarios que presenciaban, incrédulos, el cruce de reproches e ironías que protagonizaban Cristina Kirchner y Hermes Binner.
Lo que debía ser un encuentro protocolar para la entrega de créditos productivos, se convirtió ayer, en Rosario, en una inusual confrontación política entre la presidenta y el candidato socialista.
El contrapunto se produjo a cinco semanas de las elecciones en las que la Presidenta se encamina a lograr la reelección y el gobernador santafesino, postulante del Frente Amplio Progresista, busca posicionarse como el dirigente opositor más votado.
Quizá por eso ayer abandonó su habitual línea moderada para marcar diferencias con el oficialismo.
Antes de llegar al encuentro con empresarios, en el auditorio del Parque España, los dos se mostraron cordiales en la recorrida por el flamante Instituto de Biología Molecular y Celular (IBR).
El gobernador, incluso, distinguió a Cristina como “Huésped de honor” de la provincia. Pero ya para entonces se esperaba alguna referencia punzante de Cristina luego de que Binner acusara el sábado pasado al kirchnerismo de clientelismo.
Una denuncia con la que ayer insistió. El gobernador tomó fotos a unos 30 camiones cargados con mercadería llegados días atrás a Rosario.
“Papá Noel fuera de temporada”, ironizó a través de Twitter.
Fuente clarín.com.ar
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