En Bariloche cuesta encontrar un extranjero desde que cayeron las cenizas del volcán Puyehue y el aeropuerto quedó cerrado.
En los principales circuitos turísticos, con mínimo movimiento, imploran por la caída de nieve para abrir las pistas de esquí y la reapertura de los vuelos para atenuar las pérdidas económicas.
Salvo por la ceniza acumulada al costado de las calles y en los techos, que provoca molestias cuando se levanta viento, la ciudad no aparece tan complicada como otras zonas de Río Negro y Neuquén.
En Jacobacci piden lluvia para que el polvo no torne irrespirable el aire hasta dentro de las casas.
En La Angostura son frecuentes los cortes de luz y agua, hay problemas con la calefacción y abandonaron la localidad unas 4 mil personas.
En Bariloche intentan atraer turistas para limitar lo máximo posible las pérdidas.
Fuente clarín.com.ar
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