¿Es una estrategia acertada suspender la exportación de carne para bajar los precios?

El Gobierno Nacional decidió suspender, por 30 días, la exportación de carne vacuna. Esta medida supone tener como objetivo contener la suba de precios. Pero, ¿qué tan viable es esta medida?
Para poder comprenderlo y adentrarnos en el tema, acudimos a la economista Natalia Ariño, integrante de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina.
Bien sabemos que desde el sector agropecuario, la decisión no fue bien tomada. “Genera cierta desconfianza”, dice Natalia y continúa: “Fue una medida muy intespectiva. También cae esto de que ya fueron medidas tomadas en el pasado y ya se sabe cuáles son las consecuencias; y no se quiere volver al pasado, sino que se quiere seguir hacia adelante, buscando medidas que realmente resuelvan los problemas de fondo”.
Es probable que los precios no bajen
En Argentina, lamentablemente, el precio de la carne no es el único problema. También lo es el precio de la leche, pan, el combustible, la telefonía, etc. ¿Cuál es el problema? “Los precios vienen aumentando por el mismo ritmo inflacionario y los sueldos de todos nosotros, de los consumidores, viene siempre por detrás de la inflación”, explica la economista.

“Los sueldos han perdido poder de compra a través de los años. Desde el 2018, realmente los sueldos vienen siendo muy afectados producto de la inflación, producto de la crisis económica, producto del desempleo”.
Antecedentes
En el año 2006 se implementó, en un principio por 180 días, un cierre temporario de las exportaciones. Luego del tiempo pautado, las medidas se extendieron en la intervención del mercado a través de los cupos de importación (conocidos como ROE), que llegaron hasta el año 2015.
Éstas medidas se llevaron adelante intentando cumplir con el mismo objetivo que se dice hoy en día: bajar los precios.
Pero no sucedió.
Natalia nos brindó algunos datos que nos ayudarán a comprender:
“Si nosotros vamos a los datos, por ejemplo, el kilo de asado en el año 2006 salía U$D 2,70. En el 2012, el kilo de asado estaba en U$D 8. Es decir, los precios no bajaron. Actualmente, el kilo de asado está en U$D 6,80”
Las consecuencias de esta decisión, no fue precisamente la disminución del precio. Pero sí se vio reflejado en consecuencias mucho más graves dentro de la economía en general.
“Repercutió en el nivel de producción de carne. […] si tomamos este tiempo de 2006 -2012 cayó en un 20% la producción, lo cual implica que haya caído el empleo también. El empleo se estima que cayó en unos 15.000 puestos de trabajo directo y unos 50.000 indirectos.”
¿Qué consecuencias puede traer?
Siguiendo las palabras de Natalia, en el mediano plazo podrían ser menos producción y menos empleo.
“Si vos tenés X cantidad de personas que están trabajando para el mercado de exportación, esas personas van a tener que reubicar otro trabajo en un contexto en el que estamos con altos niveles de desocupación y también con un alto nivel de pobreza.”
Por otro lado, caerán las exportaciones luego de haber logrado exportar el 29% de la producción nacional. Esto demuestra que queda para el consumo interno el 71% de la producción, quedando en evidencia que el problema de Argentina no es el desabastecimiento, sino la dificultad de acceso al consumo.
También llegará una caída en las inversiones, repercutiendo fuertemente en la economía nacional.