El periodo menstrual es tan tabú como natural, aún en el siglo XXI. Para algunas mujeres, los métodos de protección, completamente necesarios en en todos sus periodos, son económicamente inalcanzables.
Las toallitas o tampones significan un costo considerable, superando los $6.000 por año (hablando de productos de segunda o tercera marca). Por otro lado, el costo ambiental que estos productos generan es incalculable. Se estima que, en el mundo, se desechan más de 3.300 millones de toallitas por año. Es de destacar que, tanto la toallita y el tampón, son productos sintéticos que pueden tardar hasta 500 años en degradarse.
Proyecto de Ley
El 23 de junio de este año, ingresó a Diputados un proyecto titulado como “Programa de accesibilidad a productos de gestión menstrual reutilizables”, el cual tiene entre sus objetivos garantizar el acceso a la información de manera clara, didáctica y respetuosa; potenciar la participación de la persona menstruante en la toma de decisiones relativas a la gestión menstrual; promover desde el Estado opciones sostenibles y respetuosas del medioambiente de producir reutilizables para la gestión menstrual; asegurar el acceso oportuno a productos de gestión menstrual esenciales para la población sin cobertura de salud y en situación de pobreza achicando de este modo la desigualdad de género de acceso a la salud.
Este proyecto, entiende por productos de gestión menstrual reutilizables a toallitas reutilizables de tela, copa menstrual y esponjas marinas.
La Ginecóloga Vanina Politi, dialogó con Radio 9 haciendo referencia a este proyecto y a los nuevos métodos de protección como la copa menstrual, tan promocionada en estos tiempos.
“La realidad es que hay muchísimas opciones, es cierto que el tema del medioambiente es muy importante, pero es fundamental el tema de la comodidad de la mujer dependiendo mucho de la actividad laboral de cada una, obviamente del acceso económico que tenga cada una a los distintos métodos.“
Ginecóloga Vanina Politi
En el caso particular de la copa menstrual, la profesional confirma que, inicialmente, el gasto es mayor al de un paquete de toallitas; la copa cuesta entre $1.100 y $1.500. Pero, una ventaja más considerable de este producto es que tiene un sistema de uso que permite la reutilización dentro del periodo con una vida útil de hasta 10 años, siempre que se conserve y esterilice de la manera correcta.
En cuanto a la utilización de este método, la Dra. Politi asegura que “no está contraindicado el uso de estos métodos en niñas que no han iniciado sus relaciones sexuales”. Para la Doctora la inseguridad o dudas al respecto pueden pasar más por una cuestión de educación o pudor.
Al igual que los tampones, las copas menstruales son fabricadas en diferentes tamaños. Utilizando el tamaño adecuado en relación al flujo menstrual, se podrá tener colocada entre 8 y 10 horas de corrido.
“Es un método cómodo, es muy higiénico, es sustentable y es duradero. Pero es cuestión de costumbre y de comodidad. Lo tiene que elegir la mujer“
Ginecóloga Vanina Politi