“El rostro de los tres hombres reflejaba la seriedad del asunto mientras el alcalde les informaba de la catástrofe. La lluvia se ha llevado el puente y durante la noche, muchos automóviles pueden precipitarse al río.
– ¿Qué podemos hacer para impedirlo? Dijeron.
– Deberían situarse junto al camino y advertir a los conductores que no sigan la carretera principal. Díganles que tomen el camino de una sola vía que va por la orilla del río.
– ¡Pero conducen demasiado rápido! ¿Cómo les advertiremos?
– Podrían usar esos anuncios que se colocan sobre las personas como una especie de chalecos, les explicó el alcalde, mostrándoles tres carteles de doble cara de madera, unidos entre sí, para que se puedan colgar de los hombros. Pónganse estos carteles y quédense de pie en el cruce, para que los conductores vean las señales y no sigan conduciendo hasta el puente, mientras tanto, yo buscaré a alguien que repare los desperfectos.”05-06-2013 refleccion
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