“Quizás, has oído la historia de algún antepasado tuyo, tal vez, tus padres o abuelos, sobre lo difícil que se las vieron cuando se casaron, sin dinero y sin ayuda. A mí me ha tocado y los oigo hablar de ese pasado, con cierto orgullo por salir adelante solos, con su valor y la ayuda de su cónyuge. Son matrimonios sólidos, basados en su amor por el otro y en la convicción de que, toda empresa que se quiere sacar adelante implica esfuerzo y, no hay empresa más grande ni más difícil que un buen matrimonio. Uno podría pensar que si estas personas vieran a algunas de las parejas que se casan ahora, con la casa puesta, auto en la puerta, un negocio instalado y toda su vida resuelta, dirían que les tocó la mejor época.
Pero, ¡nada más lejos de esto!”REFLEXIO DIA LUNES 25-02-13
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