La situación en Japón es totalmente desesperada. El único de los tres reactores de la central de Fukushima que parecía funcionar correctamente, el número 2, es el que finalmente ha convertido en una posibilidad muy real una catástrofe nuclear.
A última hora de la noche los ingenieros continuaban trabajando a contrarreloj para enfriar el núcleo del reactor y evitar así que explotara debido a la alta temperatura.
Una explosión se escuchó del reactor 2. Y el mismo gobierno japonés admitió que una parte de la estructura de contención del reactor parece estar dañado, dando a entender que es posible un escape radioactivo.
La onda expansiva reventó parte del contenedor primario del núcleo y provocó una fuga de una cantidad indeterminada de material radiactivo, según la Agencia de Seguridad Nuclear.
La agencia Kyodo informó que los niveles de radiación “superaron el límite legal” tras la explosión.
Es más, niveles de radiación superiores a lo normal llegaban anoche a tan solo a 100 km de Tokio, en la prefectura de Ibaraki, situada entre Fukushima, donde se encuentra la central nuclear accidentada, y la capital japonesa, afirmó Kyodo.
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