Los padres son los primeros y muchas veces los más grandes maestros que una persona llega a tener a lo largo de toda su vida. Nuestros padres nos presentan el mundo y nos enseñan cómo desenvolvernos en él. Por efecto o defecto, la mayor parte de nuestras acciones como adultos están teñidas de una u otra forma por la influencia de nuestros progenitores.
Nadie nos enseña a ser padres ni a ser hijos. No recuerdo ni una sola hora dedicada al tema en los 18 años de educación formal que recibí, imagino que los encargados de diseñar los programas educativos deben considerar que hay asuntos más importantes que aprender a hacer familia.
A golpes y tropezones, quizás aprendas a ser hijo cuando seas padre y puedas valorizar todo lo que tus padres hicieron por ti y entonces te des cuenta de lo difícil y compleja de su tarea.”16-01-2013 reflexion
Comments are closed.