En el mundo del fútbol profesional, cada detalle cuenta. Desde el más mínimo movimiento de un jugador hasta la precisión milimétrica de un pase, todo contribuye al espectáculo que millones de fanáticos disfrutan cada semana. Pero detrás de cada partido épico, hay un elemento fundamental que a menudo pasa desapercibido: el estado impecable del campo de juego.
Walter Aciar, un verdadero artista del césped, ha dedicado su vida a perfeccionar este aspecto crucial del deporte más popular del mundo. Su historia es un testimonio de pasión, dedicación y un compromiso inquebrantable con la excelencia.
Aciar, concedió una entrevista en Radio 9 y compartió su trayectoria desde sus humildes comienzos hasta convertirse en una figura destacada en el mantenimiento de campos de fútbol de élite. Lo que comenzó como un trabajo simple de corte de césped en su juventud, se transformó gradualmente en una verdadera vocación.
Con el tiempo, Aciar perfeccionó su oficio, aprendiendo los secretos detrás del césped perfecto: desde la selección de las semillas adecuadas hasta el uso preciso de fertilizantes y sistemas de riego avanzados. Su experiencia y habilidades pronto lo llevaron a trabajar en algunos de los estadios más prestigiosos del país.
Hoy en día, el campo de juego es mucho más que solo un lugar donde se juega fútbol. Es un escenario cuidadosamente diseñado donde la pelota rueda como en un billar, donde cada bote y cada rebote están perfectamente calculados. Este nivel de precisión no es una coincidencia; es el resultado del arduo trabajo de profesionales como Walter Aciar, cuyo compromiso con la calidad es insuperable.
Su última empresa lo ha llevado al equipo Inter de Brasil, donde, a pedido del entrenador Chacho Coudet, está dejando su marca en el campo de juego. Su objetivo es simple pero ambicioso: garantizar que el césped esté en las condiciones óptimas para que los jugadores puedan desplegar su mejor fútbol.
Detrás de cada victoria hay un campo de juego impecable. Detrás de ese campo, hay un hombre cuya dedicación y pasión son tan evidentes como las líneas blancas que marcan el terreno de juego. Walter Aciar es más que un simple jardinero; es un artista cuyo lienzo es el verde césped de un estadio de fútbol, y cuyo trabajo silencioso pero crucial garantiza que el espectáculo continúe, semana tras semana.
Escucha la nota realizada en el programa “Las Cosas por su Nombre”
