A medida que aumentan los muertos, la ciudad de Monterrey se queda sin policías. Y no porque mueran en valientes actos de servicio sino porque son destituidos o encarcelados debido a sus vínculos con el crimen organizado.
Un total de 261 policías municipales del norteño estado mexicano de Nuevo León (en la frontera con Estados Unidos) han sido detenidos desde el pasado fin de semana para ser investigados por sus presuntos nexos con el narcotráfico y el crimen organizado.
La mitad de ellos están siendo investigados, en el marco del proceso de limpieza de la Policía que el presidente de México, Felipe Calderón, ha impulsado en todo el país tras sucesos como la matanza de Veracruz que dejó 35 cadáveres arrojados en el asfalto.
La mayoría de los policías destituidos lo fueron porque ni siquiera se presentaron durante el registro efectuado el pasado fin de semana por el Ejército en las dependencias policiales y hay constancia de que un buen número de ellos trabaja para el Cartel de Los Zetas.
Un “trabajo” que va desde la venta de droga, hasta dejar pasar los cargamentos, a dejar escapar a detenidos o informar de las operaciones en curso.
Fuente clarín.com.ar
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